lunes, 3 de diciembre de 2012

Las palabras de Rasheed Wallace

Rasheed Wallace siempre será una figura carismática en la NBA. Son muy pocos los que siguen la liga al otro lado del Atlántico y no conocen su nombre, su cara o su presencia. La última técnica que le pitaron ayer en su partido de New York Knicks es una muestra más de su carácter. La pregunta es: ¿quién le conoce por su juego y quién por sus palabras? Debemos hacer justicia (tanto por lo bueno como por lo malo) a uno de los jugadores más emblemáticos en las últimas 2 décadas en la NBA.

No hay que tomarse a broma hablar de "Sheed". El ala-pívot tiene en su haber un dignísimo anillo de campeón en el año 2004. Sí sí, aquella proeza de los Detroit Pistons ganando el anillo en el Staples Center a los 4 fantásticos de Los Ángeles Lakers (Gary Payton, Kobe Bryant, Karl Malone, Shaquille O'Neal): no es moco de pavo. Esa hazaña enmarca muy bien a Wallace: título sobando el morro en campo rival frente a un enemigo teóricamente superior rodeado de estrellas y contra todo pronóstico. Por si no fuera poco, los Pistons lo consiguieron dando una auténtica exhibición de baloncesto. Un baño en toda regla que recordaba lo mejor de los Bad Boys y la mejor explotación de basket control por parte del inconfundible Larry Brown. 

Sin embargo, si hay algo que siempre le van a caracterizar, es su trash talking, sus palabras dirigidas con veneno a todo tipo de colectivos e individualidades. Se pueden establecer similitudes con Ron Artest, pero él se lleva la palma. Entre otras cosas, porque posee dos récords que no han estado nunca a la altura de Jordan, Chamberlain, Magic, Bird, incluso Barkley... hablamos del mayor número de técnicas pitadas a un jugador en la historia: un total de 317. Por si esto no fuera poco, también ostenta la de mayor número de técnicas pitadas a un jugador en una temporada: 41. 

Un jugador sumamente duro. Para él nunca existía la falta, siempre había una interpretación exagerada en las decisiones de los árbitros, le querían criticar por todo. Eso sí, siempre tenía una respuesta: su famoso "Ball don't lie". Sheed dice esa frase cada vez que le pitan una falta dudosa en una acción de tiro del rival. Cuando el jugador que había recibido la falta no anotaba ningún tiro libre, Wallace lo achacaba a que nunca se tenía que haber pitado, porque la conclusión es que el marcador no se movió: la pelota no miente. Un símil futbolístico sería un penalti pitado que no fue y que no termina en gol. La pelota no miente. También fue famoso su "Both teams played hard". Fue preguntado en rueda de prensa después de que la NBA le sancionara tras un partido por sus palabras altisonantes. Todas y cada una de las respuestas fueron "ambos equipos jugaron duro". La NBA le volvió a multar. Así se las gasta Sheed. 

Para Rasheed Wallace, su juego y sus palabras siempre serán un matrimonio con un mismo destino.  Siempre está en el centro de la polémica para dedicar "perlas" a todos. Perlas que, en muchas de las ocasiones, sobran. A él le ahorran una mala fama que de por sí ya tiene y a la franquicia a la que pertenece seguramente dinero por multas. Nueva York disfruta hoy de su alma carismática de veterano, de su hambre, su garra y su juego. Pero también necesitará de una dosis de paciencia con el jugador. Es el precio a pagar por las palabras de Rasheed Wallace.




Fuentes de apoyo: www.nba.com  http://lanaranjabasket.blogspot.com.es/2010/08/tributo-mr-rasheed-abdul-wallace.html
Fotografía: http://espn.go.com/blog/new-york/knicks/post/_/id/29686/sheed-tossed-for-arguing-foul


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