Ya sabemos todos lo importante que es en la NBA que un equipo cuente con el llamado "jugador franquicia". Aquel en torno al cual puedas construir un equipo, ese jugador deseado por muchos General Manager, con talento, con capacidad de liderazgo, joven normalmente y que posee las cualidades necesarias para asociarle con la estrella del equipo. Sin embargo hay ocasiones en las que disponer de un jugador franquicia puede jugar malas pasadas. O porque se abusa de él y si se lesiona el equipo se resiente en la inmensidad, o porque al estar construido todo en torno a ese jugador, no pueden experimentar filosofías de juego diferentes y que, en ciertas ocasiones, resultarían provechosas. Muy bueno por su importancia, pero a veces negativo por su falta. Es el doble filo del jugador franquicia.
Si hablamos del apartado de bases, hay una gran variedad en cuanto a resultados. En primer lugar, el de un equipo que, sin él, no tienen rumbo alguno: Los Ángeles Clipeprs y Chris Paul. Evidentemente no representa ningún problema que el de Wake Forest esté en cualquier equipo... pero si verdaderamente está jugando sobre el parquet. El inconveniente llega cuando se lesiona, como le está pasando actualmente a los Clippers. Los de Del Negro han perdido 7 de los últimos 10 partidos, y además 3 de ellos de forma consecutiva. En cuanto a rachas en este momento, es el tercer peor equipo de la Conferencia Oeste. Quién se lo iba a decir después del brillante comienzo. Por todos es sabido que Paul es el auténtico motor del equipo, playmaker y líder, capaz de hacer las labores más necesarias en un equipo que como es lógico necesita de un director de juego. Antes de la llegada del base a los Clippers, la franquicia no tenía grandes opciones de aspirar a casi nada, entre otras cosas porque Blake Griffin no era el jugador que es (un Griffin que había logrado jugar 197 partidos seguidos desde que su fatídica lesión en el 2009). Clippers había conseguido cuadrar un equipo muy decente para estar arriba y toser a los más grandes, por lo que sí que me ha sorprendido su declive pese a contar con la baja de uno de los mejores bases de la NBA.
Otro caso de menor actualidad pero no menor trascendencia es el de Boston Celtics y Rajon Rondo. Pero lo curioso en esta ocasión es que la mítica franquicia está obteniendo mejores resultados sin él. Estamos hablando del presumible foco, alma y futuro de los Celtics con nombre y apellido. Un equipo que ha girado, poco a poco, en función de su playmaker titular si exceptuamos a uno de los hombres que serán leyenda en la franquicia como Paul Pierce. Sin embargo, la conclusión desde que no está Rondo, de momento, es bien distinta. Los de Doc Rivers han conseguido ganar todo lo que han jugado desde que perdieran a su base titular. 4 victorias conseguidas de manera distinta y ante rivales de distinta entidad: Miami Heat, Sacramento Kings, Orlando Magic y la última precisamente ante Los Ángeles Clippers. Que no se me malinterprete, no digo que Rajon Rondo no sea un superclase (faltaría más). Lo que sí que parece es que Boston Celtics apela a ese carácter intrínseco de "orgullo verde" para ganar cuando Rondo no está en pista. Y también parece que hacen una labor más conjunta, pese a que Rondo, pese a que Rondo promedia 11 asistencias por partido. Puede sonar raro, pero la autogestión en la pista (Lee-Bradley-Pierce), la inteligencia de Doc Rivers desde el banco y ese extraordinario orgullo que llevan tan profundo los Celtics, pueden hacer que la baja de Rondo no se note tanto. Es el caso del jugador franquicia que con él rinden de una forma, y sin él, de momento, rinden de otra. No pueden decir lo mismo los Clippers.
El tercer caso, que ya coleaba tiempo atrás, es el de Derrick Rose. Chicago Bulls ha tenido que aprender, a la fuerza, a vivir sin su principal estrella. Y, como era de esperar, seguramente les iría mucho mejor con su estrella. Sería muy injusto establecer comparaciones con la actualidad, pero el último recuerdo que tenemos de Rose (aparte del de la fatídica lesión) es que, con él, Chicago Bulls despegaban como un cohete, llegando a ser el equipo con mejor balance la pasada campaña en Regular Season. Rose siempre ha sido un motor fundamental para los de Tom Thibodeau. Lógicamente, Chicago Bulls no tiene mal roster y puede salir a flote fácilmente, sobre todo si está en la "débil" Conferencia Este. Gracias, en parte, a su juego interior con Boozer y Noah, los de la ciudad del viento han sobrevivido a las tempestades que les han llegado. 29 victorias y 19 derrotas sin llegar a hacer un gran juego vistoso. Como es de esperar, a la vuelta de Derrick Rose, además de anotación, les esperará mayores apoyos a la hora de organizar el juego.
Quiero incluir un cuarto caso de base cuando hablamos del binomio ausencia/presencia de jugador franquicia en un equipo (y además que se haya podido comprobar). Estoy pensando en los Golden State Warriors de Stephen Curry. Los de Mark Jackson han demostrado ser un equipo sólido y equilibrado, con recursos y con grandes posibilidades de mezclar las piezas si las lesiones se lo permiten. Es evidente la importancia que tiene el playmaker de la franquicia californiana tanto para la anotación como para la organización del juego. Sin embargo, grracias entre otros a un superlativo Klay Thompson han conseguido remar con buenas maneras en 2 partidos que se antojaban complicados. El primero fue ante Cleveland Cavaliers y lograron ganar plagados de bajas (sin Barnes, sin Bogut y sin Curry, evidentemente). El segundo ante los Dallas Mavericks siguió una tónica muy parecida. Consiguieron que no se notara que faltaba su estrella en dos partidos más o menos complicados. Tienen la gran ventaja de sobreponerse más alla de la figura de un jugador.
Pero si decíamos que Clippers pierde mucho gas sin Paul, los Celtics se acomodan sin Rondo, los Bulls lo harían mejor con Rose y los Warriors están bien engrasados con o sin Curry; también se abre un apartado (lejos de los directores de juego) en los que jugadores franquicias actúan positiva o negativamente sobre un equipo. Hay dos casos que vienen a la mente nada más hablar de "jugador franquicia que actúa negativamente sobre un equipo". No siempre, pero en ocasiones sí. Aunque se podría hablar de ellos de manera conjunta, tanto por su incidencia con su traspaso como por su posición, hay varios factores a destacar por separado, por lo que será mejor un análisis individual de cada uno. Sí, hablamos del binomio Dwight Howard y Andrew Bynum.
Los Ángeles Lakers tienen la desgracia de haber caído en un futuro incierto, precisamente, por apostar al por mayor por una de las grandes estrellas de la liga. Dwight Howard empezó mal su fichaje con los Lakers precisamente por estar lesionado. Hasta ese momento, nadie tiene culpa. Más culpa tendría si se dedicase a jugar a los bolos en ese estado. El caso es que, bastante ilusionado, quiso jugar pronto con su equipo, un franquicia construida a golpe de talonario que aspira a ser la más absoluta ganadora. Un contrato de poco más de 19 millones por el único año firmado. Sin embargo, a cualquier aficionado Laker que se le pregunte, la palabra para definir hasta ahora mejor a Dwight Howard sea la de decepción. Claro que ha conseguido cuajar partidos buenos estadísticamente hablando con por ejemplo 14 puntos y 26 rebotes o 28 puntos y 20 rebotes. El problema es que la mayoría de partidos debería desprender esa estadística, con más rebotes defensivos incluso y con mayor acierto en el aro, tanto en TC como en tiros libres. Los tiros libres representan una de las mayores piedras en estos Lakers en general, y en Howard en particular con un paupérimo 49%. Resulta curioso este dato, porque recientemente Howard ha señalado que en su etapa de High School alcanzó el 90% desde la 4'60. No hace falta más que ver sus estadísticas progresivas para darse cuenta de que, como muchas otros jugadores, se olvidan de facetas importantes en el juego al no necesitarlas vitalmente para sobrevivir en la liga. Blake Griffin mejoró su tiro al ver que solamente con vivir del mate no era suficiente. Howard, desde ese 90%, cuando llegó a la liga anotaba casi el 70% de los tiros libres... hasta hoy, con el 49%. Una regresión, seguramente por no practicarlo como debería como factor determinante. El caso es que entre los tiros libres, las lesiones (ahora del hombro), las continuas quejas durante la temporada (todo fueron risas hasta que empezaron a perder escandalosamente y de manera bochornosa), las continuas rectificaciones (palabras que dijo en caliente y que pidió perdón posteriormente) y su ya sabido carácter (la escenita con Van Gundy en los Magic) hacen que sea una piedra de futuro bastante irregular en el equipo de los Buss. Un center muy válido pero que ha fallado en muchísimos intangibles como la lucha por el rebote, la autocrítica, la mejora y la exigencia en uno mismo. Un jugador franquicia con muchas dudas... que al menos demuestra cierto gusto por jugar al baloncesto.
Un gusto que se ha puesto en entredicho muchas veces al hablar de Andrew Bynum. Los Philadephia 76ers actualmente pagan algo más de 16 millones a su supuesto jugador franquicia. Un center que todavía no ha podido hacer acto de presencia con las zapas calzadas para demostrar lo que puede ofrecer. El motivo de no poder esperar tan deprisa grandes cosas fue parecido al de Howard: una lesión. Sin embargo, a pocas cabezas en su sano juicio con cierta responsabilidad se les ocurriría jugar a los bolos en plena recuperación de alguna parte de su cuerpo, sobre todo del tren inferior y siendo tan alto y corpulento. Pese a hacer su mejor campaña en la NBA el año pasado, con anotación, puntos e incidencia en el juego, desde que los Sixers lo ficharon no ha podido/querido sentar la cabeza. Un jugador franquicia, tildado así por importancia en su fichaje como por su contrato, que representa, de momento, la plenitud de un mero juguete roto.
Puede sonar sangrante si hablamos ahora del último interior que tenía guardado, pero me sirve para cerrar el apartado de lesiones y para volver a encumbrar a una joya de la historia de la NBA. Los San Antonio Spurs, y así creo que lo reflejarán los anales de esta liga, cuentan con un jugador impecable e intachable en absolutamente todo. Tim Duncan, pese a su última lesión ante los Wizards, es el modelo de jugador franquicia. Hace jugar, no amasa bola, respetuoso, bueno, con clase, de los mejores fundamentos sobre la cancha... Ya encumbré un día a ese nadador de Islas Vírgenes como para seguir por aquí. Pero Duncan, desde el anillo en 1999, ha sido un one club men que ha demostrado compromiso, fidelidad, calidad y apoyo incondicional al equipo incluso cuando él no juega con una ética de trabajo impecable, la misma con la que se inició en Wake Forest. Y todo esto por el módico precio máximo de 22 millones en la temporada 2009/2010. Cuando ahora vive su segunda juventud, tiene un contrato de algo más de 9 millones. Pide y da sabiendo hasta donde puede llegar. Una maravilla de jugador y compañero al servicio de uno de los mejores entrenadores que la NBA podrá presumir de tener (junto a los Auerbach, Sloan, Jackson, Riley, Nelson): Gregg Popovich. Como para decirle a Gregg que su equipo se resiente si le falta un jugador (aunque sea uno de los mejores 4 en toda la historia).
Esto podría ser un resumen para cuando faltan jugadores franquicia que han tenido lesiones y sus equipos se han podido ver influidos en mayor o menor medida. El último breve apartado está dedicado a esos que aunque no falten son las actuales estrellas del top 5.
LeBron James, quién consiguió ayer un descomunal 92,8% de acierto en tiros, es el líder indiscutible de Miami Heat. Un líder y jugador franquicia que cabe preguntarse qué sería de Miami sin él. Estamos viendo a la franquicia de Florida pisar el acelerador solamente cuando hace falta (y ya es bastante para ser líderes del Este). La importancia de LeBron está fuera de toda duda. Un jugador franquicia indispensable para su equipo. Si LeBron es fundamental, James Harden es indispensable. En un equipo como Houston Rockets, donde Jeremy Lin no es quien parecía ser, solamente el de Arizona State vislumbra claros en oscuridad. Un escolta que su anotación se antoja crucial para que su equipo gane. Un jugador franquicia en toda regla en el que, sin él, su equipo se resiente hasta límites exagerados.
Y la diferencia de construir un equipo ganador en muchas de sus facetas o no, pasa por la importancia de jugadores como Carmelo Anthony, Kevin Durant y Kobe Bryant. Carmelo Anthony, dado el nivel actual y el nivel de ritmo de los Knicks, podrían pensar en sobrevivir sin su estrella. En el caso de Kevin Durant, es algo menos creíble. Si los Thunder tuvieran que vivir de lo capaz/incapaz que fuera Westbrook para ser una estrella, los de Scott Brooks no estarían arriba en la clasificación. Seguro. La importancia de Kevin Durant en Oklahoma (en comparación con las otras grandes estrellas) quizá sea la más determinante. Y por último, Kobe Bryant. Sea por lo que sea, Kobe tiene que ser fundamental hasta el fin de sus días sobre una pista de baloncesto. Y lo es. Para defender a la estrella rival, para anotar el buzzerbeater, para repartir las 14 asistencias de turno o simplemente para ejercer de auténtico líder.
Como hemos visto, muchas veces hablar del jugador franquicia no supone hacerlo con palabras bonitas y con expresiones endiosadas y pomposas. Existen ocasiones en las que un jugador, por bueno que sea, puede perjudicar a su propio equipo si camina en la dirección equivocada. Algo bello de este deporte es que se gana como equipo. Aquí se hace efectivo el "un jugador gana partidos pero un equipo gana campeonatos". Por suerte, y hasta que se demuestre lo contrario, siempre ha sido y será así. Hasta para la asistencia de Joe Rucklick que dio lugar al punto número 100 de Chamberlain; hasta para los triples con 0,4 segundos de Fisher ante Spurs, hasta para los lanzamientos en la esquina de Robert Horry o hasta para los revulsivos tiros de Toni Kukoc con los Bulls de Jordan. Todos ellos colaboraron para que el jugador franquicia alcanzara la gloria. Por eso mismo, siempre hay que tener en cuenta que en un deporte de equipo como el baloncesto hay que tener cuidado. Alguien que te haga ganar... pero también perder. Es ese doble filo del jugador franquicia.
Fuentes de apoyo: www.nba.com www.hispanosnba.com www.ultimatenba.com
Fotografías: http://www.zimbio.com/photos/Rajon+Rondo/Boston+Celtics+v+Los+Angeles+Clippers/cROf13QSlK-
http://www.mundodeportivo.com/20111227/fotos/stephen-curry-supera-a-derrick-rose-foto-tony-avelar-ap_54241672238.html
http://ballerball.com/nba-rivalries-howard-vs-bynum-with-a-dash-of-wwe/
http://www.basketblog.es/top-20-mejores-jugadores-de-la-nba-i/tim-duncan/
http://www.zimbio.com/photos/LeBron+James/James+Harden/Olympics+Day+4+Basketball/TIlkziQyM6u
http://www.basketblog.es/top-20-mejores-jugadores-de-la-nba-i/tim-duncan/
http://www.zimbio.com/photos/LeBron+James/James+Harden/Olympics+Day+4+Basketball/TIlkziQyM6u
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