jueves, 31 de enero de 2013

La justicia histórica de la NBA

Desde que en el nuevo milenio Los Ángeles Lakers estrenasen dinastía, son casi 13 años después los que parece que la franquicia angelina va a tener que labrarse un nuevo futuro. Similar situación vive Boston Celtics. Los dos señores con más anillos de la Tierra viven sus horas más bajas de cara al futuro. Otras se están asentando en la gloria, como Miami Heat y Oklahoma City Thunder. Y, por suerte, hay otras que están avanzando terreno a pasos agigantados para tener un buen futuro. Franquicias como Cleveland Cavaliers, Detroit Pistons, que dándoles unos cuantos años con unas correctas selecciones del draft pueden construir un proyecto ganador. Como se puede apreciar, la NBA es tan bella porque puede hacer justicia al cabo de los años a los equipos. Son los periodos cíclicos de dominio en la NBA y representan la justicia que históricamente hay en la liga.

Empezaré por lo más básico. Las dos franquicias que históricamente han tenido mayor dominio son Boston Celtics y Los Ángeles Lakers. Jugadores que han sido un referente para la historia, generaciones enfrentadas durante años 60 y 80, con Bill Russell y Wilt Chamberlain o Larry Bird y Magic Johnson. Secundarios de gran gloria como Robert Parish, Danny Ainge, Kevin McHale, James Worthy, Jerry West y un larguísimo etc. Pero pese a su dominio histórico, hoy ambas franquicias no pasan por sus mejores momentos. 

Boston Celtics está abocada a la reconstrucción. Tras ganar el anillo en 1986 a Houston, Celtics pasó por un periodo decreciente con muchos baches. Cuentan con un jugador franquicia como es Rajon Rondo que, por desgracia, se pierde lo que queda de temporada. Habrá que ver qué suerte corren con Jared Sullinger. Si las lesiones le dejan, puede ser un acierto. Si los problemas físicos le matan, una cruz orgullosamente llevada y asumida. Kevin Garnett y Paul Pierce han dado, y mucho, a los verdes (concretamente el anillo de 2008 ante los Lakers). Por lo tanto, parece que la franquicia más laureada tendrá que tener paciencia para construir nuevamente un equipo que aspire a lo más alto para el futuro. 

Situación parecida viven Los Ángeles Lakers. Desde que consiguieran el three-peat, allá por el año 2000 con una de las parejas más extraordinarias de la liga (Shaq&Kobe), han tenido más ocasiones que sus archienemigos para repetir gestas. Con los 4 magníficos buscaron una rendición para Payton y Malone con un anillo ante los Pistons, que resultó ser un baño de los de Larry Brown. Tras el gran éxito en 2009 y 2010 con la llegada de Pau Gasol, el futuro de la franquicia se nubla. Porque Kobe no estará eternamente en la NBA y su final se acerca, lo mismo que Steve Nash. Porque Pau Gasol no tiene los mismos réditos que antaño. Porque Howard, el que parecía que iba a ser eje central futuro de los de púrpura y oro, unas veces dice "digo" y otras veces dice "Diego". Un equipo de 100 millónes de dólares este año, que de prolongarse otros 2 años más, tal y como así establecen los contratos de Kobe y Pau, ascendería a un gasto de casi 500 millones de dólares contando con este año y con el impuesto de lujo que tendría que abonar cada año. Una barbaridad. Y la pregunta que más inquieta en esta parte de California es qué sucederá más allá de 2014 cuando Kobe Bryant ya no sea Laker.

En estos periodos cíclicos les ha tocado vivir una situación más agradable a Miami Heat y a Oklahoma City Thunder. Dos de los grandes exponentes de poder en la NBA. Los titanes, los que representaron el cambio de rumbo histórico. Aquellos que dejaron atrás viejas glorias y se situaron como potencias jóvenes y sobradamente preparadas. Curiosamente en el caso de Miami, su Big Three proviene de una hornada de jugadores que conforman uno de los mejores drafts de la historia: el del 2003. LeBron, Wade, Bosh, Carmelo... Ahí les tienen, casi 9 años después con el anillo. El caso de Wade fue especial, y es que contó con uno de los pívot más dominante en la Liga como Shaquille O'Neal para hacerse con el anillo. Actualmente son uno de los equipos más en forma de toda la NBA. 

Si Miami Heat tiene una gran base, Oklahoma City Thunder la tiene mejor. Un equipo reconstruido a base de mucha paciencia y selecciones de draft. Collison llegó en el gran draf del 2003, su mega estrella Kevin Durant en el 2007, aunque curiosamente fue Greg Oden el número 1 seleccionado por Portland. Los Blazers y sus selecciones. Y encima con el draft de 2008 consiguieron a Russell Westbrook y a Serge Ibaka. Una franquicia construida con 2 factores determinantes: paciencia para dejar progresar y no centrarse en el corto plazo y elecciones acertadas en el draft para conformar la plantilla. A día de hoy es así como ha conseguido ser un referente en la NBA. Su mayor virtud fue la espera, la paciencia y las ganas de construir un proyecto con algo más que talonario.

Como no podía ser de otra manera, hay equipos que en todo estos periodos cíclicos han conseguido cierta estabilidad o, al menos, la están buscando. En el Este franquicias como New York Knicks y en el Oeste los casos de Memphis Grizzlies o San Antonio Spurs. Con estilo de juego totalmente diferente pero que consiguen elevarse en la cúspide. Concretamente los Spurs a base de un Big Three (Parker-Duncan-Ginobili) que ha conseguido estirar el chicle en gran medida gracias a Gregg Popovich. Incluso quién iba a decir al "hermano pobre" de los Ángeles que iba a contar con una potente franquicia liderada por Chris Paul.

Como se puede apreciar, la NBA tiene un bonito sistema para equilibrar, a lo largo de su historia a las franquicias de uno u otro modo. Partimos desde el límite salarial pasando por el reparto en el draft. Como todo, se será o no justo en mayor o menor medida, pero se intenta que las franquicias a lo largo de su historia vayan teniendo oportunidades. El caso de los Celtics y los Lakers es, evidentemente, excepcional.
Pero fijémonos para terminar en lo que pueden llegar a conseguir dentro de 5/6 años franquicias como Detroit Pistons, Cleveland Cavaliers o New Orleans Hornets. Las dos primeras, sobre todo, equipos que llegaron a tener un auge brutal. 

En el caso de los Detroit Pistons, los Bad Boys, el punto cúlmen fue ese anillo arrebatado en el Staples a los 4 fantásticos con  Billups-Hamilton-Prince-Sheed-Ben y un banco con, entre otros, McDyess-Delfino. A día de hoy, y tras varios años en el ostracismo, han recobrado importancia para el futuro con el último movimiento en el mercado. Si Joe Dummars es inteligente, a final de temporada se podría plantar con casi 40 millones de dólares libres para reconstruir el equipo. A saber: 10.6 de Calderón si finalmente actúa como agente libre para buscar otro equipo; 5 de Jason Maxiell, 3.5 de Will Bynum y algo más de 11 de Corey Maggette que están en su último año; 6.7 de Tayshaunn Prince junto con los casi 5 de Austin Daye (Qualifying offer) traspasados a Memphis; y entre otras opciones la posibilidad de cortar a Rodney Stuckey con los los 8.5 y amnistiar a Charlie Villanueva con poco más de 8. En definitiva, este verano para Detroit Pistons puede ser clave. Quitan lastre y una gran cantidad de dinero que pueden rentabilizar construyendo equipo en torno a los 3 mejores pilares como son Brandon Knight, Andre Drummond y Greg Monroe. No es de extrañar que en una media de 5 años hablemos de los Detroit Pistons como alternativas en el Este.

Si hablábamos del gran futuro que le puede deparar a Detroit, otra franquicia que está recorriendo muy bien el camino es Cleveland Cavaliers. Parece que fue ayer, en el año 2007, cuando los Cavs de LeBron James se plantaban en la final de la NBA contra los todopoderosos San Antonio Spurs. Mike Brown, que por aquel entonces dirigía a los de Ohio, entrenaba a un equipo con Ilgauskas, Drew Gooden y un débil Anderson Varejao. Los resultados fueron espantosos y el resto es historia. LeBron se dio a la fuga con todo lo que ello conllevó. Hoy casi 5 años más tarde, Cavaliers asoma el hocico con una reconstrucción de manual, al más puro estilo Oklahoma City Thunder. Jugadores de draft, cabeza para elegir y libertad para moverse con los salarios. No hay más que apreciar su quinteto titular para darnos cuenta de lo que hablamos. Base titular indiscutible: Kyrie Irving (segundo año). Futura estrella cúlmen NBA, jugador con un talento innato. Escolta: Dion Waiters (rookie). Anotador, buenas maneras y escudero de lujo de Irving. Alero: Alonzo Gee (tercer año). Aporta defensa y regularidad. Ala pívot: Tristan Thompson (segundo año). Atlético, capacidad de salto para rebotear y machacar, con gran proyección. Pívot: Tyler Zeller (rookie). Poco preparado para la NBA pero con altura y gran margen de mejora. A este plantel, que gusta para un futuro, hay que añadir el banquillo aparecido del cielo de Memphis (Wayne Ellington y Marreese Speights) y al desafortunado Anderson Varejao, en una versión ultra mejorada. Con un poco más de acierto una franquicia para dar relevo en el Este.

Incluso podríamos hablar de New Orleans Hornets, aunque en cualquier caso de mencionarlos en el futuro, lo haríamos ya como Pelicans. Un Anthony Davis sobre el que girará gran parte de proyectos futuros, con una pareja de bases que se tiene que soldar y asentar como son Austin Rivers y Greivis Vasquez (que no cabe duda que potencial hay). Tirando de Eric Gordon como pareja de baile en el exterior, New Orleans tendría ciertas bases sobre las que asentar su futuro (más las respectivas rondas del draft, claro).

Por todo lo visto, es un placer comprobar la cantidad de justicia que hay en la NBA. Medidas tan buenas como el draft (para favorecer a los perdedores del año anterior) o el límite salarial (que el que más dinero tenga sea el que mande) hacen o, al menos, intentan hacer de la NBA una liga disputada y competida. Se equivocará en otros asuntos, como cualquier institución, pero intenta que a nivel deportivo el baloncesto sea justo. Hace que las franquicias de manera cíclica vayan adquiriendo protagonismo. Como el mejor de los mercados, que se regula solo. Esto es la justicia histórica de la NBA.






Fuentes de apoyo: www.nba.com   www.hispanosnba.com
Fotografías: http://www.detroitbadboys.com/2013/1/30/3934138/nba-all-star-rising-stars-challenge-rosters-2013-andre-drummond-brandon-knight   http://www.ohio.com/sports/cavs/cavs-rookie-tyler-zeller-ditches-mask-sets-career-high-in-scoring-in-spot-start-1.359497?ot=akron.PhotoGalleryLayout.ot&s=1.359496
http://jgbasket.net/nba-temporada-20122013-analisis-division-atlantic/boston-celtics-v-new-york-knicks/ http://sullybaseball.blogspot.com.es/2011/06/shaq-and-kobe-ruth-and-gehrig.html  http://www.vistasemanal.com/photos/galleries/2012/jun/22/nba-lebron-miami-heat-win-title/240435/

sábado, 26 de enero de 2013

La injusticia de Stephen Curry

Hace poco que se conocieron los reservas para el All Star de Houston y todavía no he conseguido salir de mi asombro. De entre varios de los olvidados para asistir al evento, hay uno que se lleva la palma. Una decisión aberrante, ridícula, cómica y lamentable. Se supone que a este partido acuden los que más lo merecen y mejor están rindiendo hasta ese punto en la temporada. Pues bien, hay un jugador que cualquiera que siga medianamente la NBA sabe que merece ir, sin ningún tipo de dudas, y no aparece. En efecto, se trata de una tremenda injusticia. La injusticia de que Stephen Curry no sea All Star. Cumple todos los requisitos para estar en febrero en el partido de las estrellas.

En primer lugar, el base de Golden State Warriors está en un estado de forma espectacular. Y no hablo solamente de números, aunque también les gustará a los más puristas. Curry se ha destacado como un gran anotador y a la vez cumpliendo con su misión principal de dirigir al equipo. Es evidente que se trata de un gran jugador, pero es que este año está desarrollando al máximo su maquinaria. Y, por supuesto, llega en un estado de forma brillante a mediados de la temporada. Que no se cuente con él para el All Star por cómo se encuentre es totalmente descartable. A la vista está. Uno de los guards más destacados en la NBA hoy en día. Primer requisito cumplido.

Además, Stephen Curry es uno de los líderes de su equipo. Aquel que mantiene ese equilibrio para que todo vaya bien. Un base que desarrolla perfectamente el papel que tiene encomendado. Un punto de referencia en el equipo de Mark Jackson que encuentra en él el playmaker preferido. Raro es que Stephen Curry haga un partido malo y los Warriors hayan jugado bien. Dentro de que tiene una buena plantilla, el de Davidson es el motor y guía de la franquicia. Por si esto no fuera poco, añadido a su buen estado de forma y a sus grandes números, Stephen Curry ha llevado a su equipo a una dignísima 5ª plaza en la Conferencia Oeste. Un lugar donde los más duros tienen cabida: Memphis, Spurs, Thunder, Lakers, Nuggets, Wolves, Blazers... y ahí están ellos. El segundo requisito, que es que a mitad de temporada esté en un equipo con balance positivo, lo cumple también con creces. No solamente con balance positivo, sino ofreciendo un espectáculo colectivo brutal con un balance de 26 victorias por 16 derrotas. No vale la excusa de que no está en un equipo con buen porcentaje de victorias. Segundo requisito cumplido.

Si hablábamos de espectáculo colectivo, vamos a añadir más motivos para calificar, como poco, de injusticia lo que le ha sucedido a Stephen Curry. Este jugador puede ofrecer un espectáculo individual totalmente necesario en partidos All Star. Muchas de las facetas que se demandan a un jugador de backcourt Stephen Curry las supera con sobresaliente. Triples desde cualquier posición, seguridad en sí mismo, jugadas individuales magistrales, pases brutales a la zona, carreras de atleta y pillería de crack. El nivel de bases en la NBA es espectacular, pero contando con que ya se ha quedado fuera Brandon Jennings, es una patada todavía más dolorosa que un jugador tan espectacular como Stephen Curry se quede fuera. Aunque no sea capaz de machacar como LeBron, puede enganchar una racha de 4 triples seguidos y 25 puntos en un visto y no visto. Espectáculo, desde luego, ofrece. Tercer requisito cumplido.

Y ya por si todo esto no fuera ni medio suficiente, se añaden sus cualidades personales en la pista. Es rápido, atlético, hábil con y sin balón, buena visión, capaz de dar pases magistrales, de anotar cuando hace falta, de penetrar, de tirar y de defender. Vamos, lo que se pide individualmente a un base que sea All Star. Último requisito cumplido. 4/4.

Con este panorama, me parece un insulto que Stephen Curry no vaya a disputar el All Star. En el caso de que hubiera una lesión en el perímetro del Oeste, debe ser el primero al que llamen. Aún así, es tremendamente decepcionante una decisión que se supone está basada en criterios deportivos. El jugador de Golden State Warriors cumple los 4 requisitos principales para asistir. Esta vez si se puede hablar de la injusticia de Stephen Curry.


Fuentes de apoyo: www.nba.com
Fotografías: http://www.marinij.com/warriors/ci_22420324/stephen-curry-leads-golden-state-warriors-past-los http://www.interaksyon.com/interaktv/warriors-sign-stephen-curry-to-44m-extension

lunes, 21 de enero de 2013

D'Antoni es el gran problema

Los Ángeles Lakers están padeciendo actualmente una de las peores rachas que se recuerdan en la franquicia. Su balance, absolutamente nefasto, en los primeros 40 partidos es de 17 victorias y 23 derrotas. Desde la temporada 1977-78 que no se veía tan negativo comienzo en la franquicia californiana. Por aquel entonces, consiguieron llegar a playoff con un balance positivo de 45-37. Curiosamente, pocos años atrás de aquella temporada (en la 1974-75), los Lakers no llegaron ni a los 8 primeros al término de la Regular Season. En el presente, es evidente que los de púrpura y oro tiene un gran problema, más allá de los resultados (malos) y de las sensaciones de juego (aún peores). Mike D'Antoni es el gran problema de estos Lakers.

Para que se entiendan mejor mis razonamientos, voy a hacer un breve repaso de lo más destacable de Mike D'Antoni en la NBA. Cuando estaba dirigiendo a Phoenix Suns, consiguió imponer un estilo de juego (a mi juicio y visto lo visto, el único del que tiene idea... o al menos así lo demuestra) como fue el Run&Gun. Suns era una franquicia que contaba con una pareja sensacional: un MVP reconocido por aquel entonces y un jugador que era un verdadero ciclón. Nash, en estado de gracia en su carrera y el mejor base de la NBA. Stoudamire como un 4 poderoso que conectaba con el guía del equipo. Y a su lado, una ristra de nombres curiosos: Joe Johnson, Shawn Marion, Leandrinho Barbosa, Quentin Richardson, Smush Parker. Todos ellos jugadores rápidos, con un increíble gusto por salir al contraataque y capaz de fundir a triples. Para lo demás, estaba Amare. Era el matrimonio perfecto y D'Antoni fue entrenador del año. Vale, hasta ahí todos de acuerdo. Un entrenador con un equipo a su medida. Lo hizo bien. Muy bien. Tremendamente bien. Hay que reconocérselo y valorarlo, porque era de los equipos que gozaba de mayor espectáculo, efectividad anotadora y belleza baloncestística.

Pero después de su etapa en la franquicia de Arizona, Mike D'Antoni ha demostrado no saber adaptarse a los equipos que dirige (sinónimo de mal entrenador). Empezó con New York Knicks, una franquicia que había reunido a grandes estrellas. J.R Smith, Amare Stoudamire, Baron Davis (aunque estuvo lesionado), Steve Novak (observemos como rinde ahora), Mike Bibby (recuperar a jugadores en decadencia solo lo hacen los entrenadores grandes como Popovich, no él), Jeremy Lin (si nadie le hubiera podido descubrir, mucho menos él). Todo eran malas noticias en el Madison con él al mando. Carmelo Anthony, dentro de la inmensa calidad para anotar que tiene,  de los peores jugadores para que se compenetre en equipo, y lógicamente iba a lo suyo. El resto no se podía unir ni con Loctitte. Llegó Mike Woodson y, no solo cambió el panorama, las sensaciones, el estilo de juego, el aprovechamiento de jugadores y los resultados, sino que encima consiguió extender el contrato y convertirse en un coach de referencia. Mike D'Antoni fracasó estrepitosamente y sin paliativos en su primer gran reto.

Por lo que vemos, hasta ese momento el italoamericano había dado una de cal y una de arena. Llegaba el gran reto ante sí, entrenar a la segunda franquicia más laureada en la NBA y a una de las que más valor e importancia tiene: Los Ángeles Lakers. Y llegó de una manera convulsa y tras sufrir la franquicia angelina una montaña rusa sin precedentes. Es cierto que no llegaba en el mejor momento, ni tenía a todos disponibles por lesiones, ni estaban los ánimos bien y ni había podido hacer pretemporada. Pero es que ahora mismo estamos hablando de casi 40 partidos al frente. 40 partidos en los que ha demostrado no saber ni a qué juega, ni a qué quiere jugar. Se aprecia en materias tan básicas como encajar piezas que todo el mundo encaja o en ser tan cabezota de convertir en invisible lo exageradamente evidente. 

Primero, D'Antoni ha debido de hacer en su infancia pocos puzzles. Tener las piezas de manera tan básica y no tener ni idea de cómo encajarlas  es desesperante. Claro, todos pensamos en la más evidente. Pau Gasol juega continuamente lejos del aro. Porque sí. Porque Mike así lo decide, así lo quiere y (supongo) piensa que es lo mejor. Y entonces llegó Pau y ante esa situación ayer pudo jugar dentro y demostró el rendimiento que puede dar. La cabezonería de D'Antoni le da la razón y los hechos se la quitan. Pau Gasol tiene que jugar dentro incluso cuando Dwight Howard esté en pista. Le puede solucionar la vida dado que Pau es un gran pasador ahí abajo. No renunciar a sus tiros desde 5 metros, pero no jugar sistemáticamente en esa parte de la pista. Entre otras cosas porque facilita la labor rival a la hora de defender. Dos contra uno a Howard y un tiro desde 5 metros complicado, que da tiempo a reponerse. Encima si es Howard el que te la pasa, da todavía más tiempo a recomponerse. 

El segundo punto es la filosofía de juego que D'Antoni quiere desprender. A su llegada a Los Ángeles hablaba de que intentaría plasmar la época del showtime. Porque sí, también. Porque así es como lo tiene pensado y así es como lo va a ejecutar. Pero lo cierto es que el bueno de Mike no tiene a esos jugadores para hacer el tipo de juego que le gustaría. Imagino que a Monty Williams o Dwane Casey les gustaría tener a un jugador como LeBron, pero como no pueden intentan jugar de la manera que más puedan aprovechar sus piezas. Pero no nos engañemos. Esto es consecuencia directa del primer punto. El hecho de que tenga un total desconocimiento por encajar las piezas hace que las emplee mal. Tiene, sobre el papel, a una de las mejores parejas interiores de toda la liga. Pero como Mike quiere hacer otra cosa, tienen que jugar evidentemente los mejores (un equipo de 100 millones de dólares lo marca) pero a lo que Mike quiera. Y eso no es posible. Para eso necesitaría jugadores de mayor físico, más jóvenes y más letales desde la línea de 3. Y eso no lo tiene, aunque le pese. 

Y como no podía ser de otra manera, el tercer punto, motivado por los otros dos como en una cadena, es que no exprime a los jugadores de los que dispone. Resulta increíble e inquietante tener a Pau Gasol y Steve Nash en un equipo y que apenas se vean pick&roll. Parece ridículo que en las rotaciones Kobe y Nash coincidan en el banquillo mucho tiempo. Es hasta extravagante que de los pocos mandatos que dé sea balones a Howard. Y ya. Y ahí se acaba la gracia. Un Howard jugando encima lejos del aro, cuando el mejor rendimiento es cerca, que para eso es pívot, center o como se quiera llamar. Debe ser que D'Antoni confunde las posiciones, porque si no no es entendible. Howard cerca del aro, pegado, tiene físico para saltar y machacar. Si espera que se marque una de fundamentos en el poste va listo. E incluso llegó a condenar al ostracismo a Antawn Jamison sin saber muy bien por qué, cuando puede ser un jugador válido saliendo desde el banco.

Y en la única luz de toda esta oscuridad, que es el descubrimiento de Earl Clark y el buen hacer de Metta World Peace, Mike D'Antoni no ha tenido absolutamente nada que ver. Su misión ha sido la de ser un mero florero. Earl Clark fue descubierto por necesidad, porque las lesiones acuciaban y porque no quedaba otro remedio que ponerlo. Lo de Metta World Peace es indirectamente por el mal hacer de los demás compañeros. Un tío serio para solventar tiros, revolucionar partidos y defender a muerte.

Con todo este panorama es evidente que Mike D'Antoni no ha hecho más que desesperar a los aficionados Lakers que vieron, ilusionados, como un equipo formado a base de talonario aspiraba a llevarse el anillo (y mínimo a Finales de Conferencia). Solamente un tipo como él ha hecho que se pase de una ilusión gigante de campeón a tener la dudosa aspiración de poder entrar en PlayOff. Alguien que hace eso es un grave problema. Más concretamente y ahora más que nunca, Mike D'Antoni es, de momento, el gran problema de Los Ángeles Lakers.






Fuentes de apoyo: http://www.acb.com/redaccion.php?id=90894
Fotografías: http://www.guysnation.com/the-other-man-dantoni-the-lakers-and-a-buss-with-the-wheels-coming-off  http://m.espn.go.com/deportes/nota?storyId=1656593&wjb  http://newyork.cbslocal.com/2012/11/29/report-dantoni-regretted-leaving-suns-to-take-knicks-job/  http://www.ngngsports.com/2012/11/mike-dantoni-regrets-leaving-the-suns-to-take-the-knicks-job.html  http://www.indystar.com/usatoday/article/1699003

viernes, 18 de enero de 2013

Los quintetos del All Star

Se aproxima una de las fechas más especiales todos los años en la NBA: el All Star. Y con ello, también se hace oficial otra de las listas más esperadas por todos los fans: la de los quintetos iniciales para el partido de las estrellas. Esta primera aparición de jugadores, hasta saber a los reservas, suele ser una decisión bastante justa, entre otras cosas porque son los aficionados con sus votos los que deciden quién jugará. Vamos a 
analizar brevemente a los 10 jugadores que formarán de inicio en el All Star Game de Houston.

Como viene siendo habitual, el recuento de votos ha dejado una cosa clara. Kobe Bryant sigue siendo, para la mayoría, el gran favorito para estar en este tipo de eventos. El escolta de Los Ángeles Lakers ha sido el jugador más tenido en cuenta con 1.591.437 votos, seguido de cerca por (como no) LeBron James con 1.583.646 votos. El otro dato a tener en cuenta es que, pese a la mala racha que atraviesan tanto Boston Celtics como Los Ángeles Lakers, aportan el 40% de jugadores titulares para el All Star. Por último, y como no podía ser de otra forma, los 4 fantásticos de la NBA saldrán de inicio en el partido dedicado a ellos, a las estrellas.

Dicho esto, aquí van unos cuantos apuntes de los 10 jugadores iniciales para el All Star.

CONFERENCIA ESTE: Garnett y Anthony se ven las caras de nuevo

Rondo (Celtics), Wade (Heat), James (Heat), Anthony (Knicks), Garnett (Celtics)


Rajon Rondo: El base de los Celtics es el auténtico motor del equipo. Un jugador que promedia doble doble en puntos y en asistencias y que además convierte del pase la mejor virtud y el más bello de los artes. Rápido, eléctrico y con muchísima clase, es uno de los TOP 5 en cuestión de bases en la NBA. Además, es un guard que crea gran admiración entre la afición local y una gran estima con su juego de calidad en toda la liga. Pese a los últimos "encontronazos" que ha tenido entre árbitros y NBA, Rondo sigue siendo un base líder en la Conferencia Este. Mejores jugadas.

Dwyane Wade: Pese a encontrarse en los números más bajos de su carrera desde su temporada rookie, el escolta de los Heat no ha perdido fuelle físico ni talento, justo como hace tiempo criticaba Charles Barkley. Wade está siendo el "secundón" perfecto para que Miami Heat esté liderando la Conferencia Este en la NBA. Además, es un jugador que asegura espectáculo por su técnica, su salto, sus mates o su show. Un indispensable para este All Star. Mejores jugadas.

LeBron James: Absolutamente indiscutible e innegociable. Sería una herejía y el peor insulto al baloncesto si LeBron no se encontrase entre los 5 titulares para el All Star. Segundo en la votación general, James ha ido evolucionando hacia su mejor año y sus mejores momentos en la NBA. Unas estadísticas brutales que reflejan lo tremendamente completo que es. Además, James sigue sumando récords de precocidad. A los ya sabidos en ser, por ejemplo, el jugador más joven en alcanzar un triple doble, más pequeño en promediar más de 30 puntos una temporada o en llegar a los 40 puntos en un partido; hay que añadir que es el jugador con menos edad en alcanzar los 20.000 puntos y las 5.000 asistencias en la historia de la NBA. Sus habilidades son salvajes, sus maneras extraordinarias y sus capacidades sobrenaturales. Logra hacer de todo, superando a todos, siendo imparable sobre la pista, con infinitos recursos y de una manera increíble. Mejores jugadas.

Carmelo Anthony: Ser la estrella de una franquicia ganadora y más si hablamos de la del Madison, debería ser motivo suficiente para ser elegido para el All Star. Más allá de su estrellato, Melo se ha convertido en uno de los anotadores más brutales de los últimos 5 años. Este último está dando recitales, consiguiendo puntos desde cualquier parte de la pista. Actualmente se encuentra en los mejores registros anotadores de su carrera, y no sorprende ver la facilidad que tiene el jugador franquicia de los Knicks para sumar puntos a su casillero. Desde el triple, con un tiro en suspensión o con una jugada habilidosa entrando a canasta. Muchos recursos y muchas canastas en su haber. La anotación como apellido. Mejores jugadas. 

Kevin Garnett: Uno de la Vieja Escuela. Resulta curioso que, pocos días antes del suceso entre él y Melo, se encuentren en un mismo equipo aunque sea para disfrutar de la fiesta del baloncesto. Casos externos aparte, la grandiosidad de Kevin Garnett en la NBA parece no tener fin. A sus 37 años (17 de ellos en la liga), The Mask se ha convertido en un referente interior en su equipo y en un tipo respetable por su juego en toda la NBA. Calidad, técnica y, sobre todo, inteligencia. Un jugador que ha sabido adaptarse a las generaciones del cambio y que, pese a perder físico, ha ganado en tiro y en importancia. Mirando sus estadísticas desprendemos conclusiones erróneas. Observando sus partidos nos damos cuenta de por qué, Kevin Garnett a día de hoy, es un All Star. Veterano sin calidad perdida. Mejores jugadas.


CONFERENCIA OESTE: Dominio prácticamente abrumador de Los Ángeles

Paul (Clippers), Bryant (Lakers), Durant (Thunder), Griffin (Clippers), Howard (Lakers)


Chris Paul: Estamos hablando, posiblemente, del mejor base (entendido como jugador completo) para dirigir una franquicia. Paul tiene la faceta anotadora (puede salirse con una actuación en puntos estelar), la faceta de asistencias (maravillosas, precisas y efectivas), la faceta física (nunca parece cansarse), la faceta defensiva (roba con una facilidad pasmosa) y la faceta técnica (los mejores crossovers de toda la NBA). Indudablemente merece ir al All Star y más si encima se refuerza con las estadísticas que tiene. Un gran jugador para comandar al lejano Oeste. Mejores jugadas. 

Kobe Bryant: "EL" All Star. Un partido de las estrellas sin Kobe Bryant no es un partido de las estrellas. Así de simple y de rotundo. Si en el caso de LeBron hablábamos de que era una herejía para el baloncesto, en el caso de Bryant es que si no estuviera, directamente el partido merecería ser cancelado. La estrella de la NBA por antonomasia desde que Shaquille O'Neal se fuera con su estela, el escolta de los Lakers no ha hecho más que seguir rompiendo registros (sí, él también) a sus 34 años y agrandar su leyenda. Simplemente es el genio, la figura, el crack y la estrella. Con este All Star acumula ya 15 apariciones consecutivas y se convierte en el jugador que más puntos ha anotado en este tipo de partidos con 271. 4 MVP le contemplan, empatado con Bob Petit. Casi nada. Cualquier apunte escrito o audiovisual que se recopile nos da una idea de la enormidad que representa Bryant para el baloncesto. Encima, sigue anotando igual de bien que siempre. Llegar a los 30.000 puntos no lo hace cualquiera. Anotar 81 puntos en un partido, menos aún.  Ni Michael Jordan. Mejores jugadas. 

Kevin Durant: Dejará un legado encomiable en la NBA. Por el momento, "solo se conforma" con ser el líder de una franquicia que aspira al anillo y uno de los 4 mejores jugadores de la NBA. Sus estadísticas le avalan, pero su juego le terminan por confirmar como una de las estrellas de este deporte. Su físico peculiar (anchura de brazos, altura y gran salto, pero delgado) combinado con su mortífero tiro (dificilísimo de taponar) le hacen letal en cualquier parte de la pista. Un asesino desde el triple, un inventor de canastas desde la zona. Tan simple como eso. Mejores jugadas.

Blake Griffin: Un premio para un jugador que ha conseguido mejorarse a sí mismo. Griffin ha evolucionado y ha logrado más maneras de anotar en la pintura que un "vulgar" mate. Por todos es sabido su extraordinario físico, pero si hay algo que le caracteriza este año con respecto a los anteriores es en su mejora de acierto a la hora de realizar tiros desde 4-5 metros o en la consecución de ganchos desde la zona. Pasó a ser un saltarín a un jugador con cierto empaque para atacar el aro. Curiosamente este año es el que menos está anotando, pero es la versión que más gusta a los aficionados. Una evolución que bien merece su premio. Mejores jugadas.

Dwight Howard: El pívot más dominante de la NBA para muchos, el hombre más desesperante para otros. Lo cierto es que en los últimos partidos Howard ha conseguido estabilizarse tras su lesión. Ha empezado a luchar rebotes en ataque, a asegurar más canastas, a moverse para los bloqueos y a usar más la cabeza. No sabemos si es pasajero o será un nuevo comienzo en la época Lakers, pero lo cierto es que es mucho más agradable contemplar a un Dwight nuevo. Ya demostró en Orlando Magic que con sobrada facilidad puede ser un jugador de 20-16 sin despeinarse. De momento es lo que ha promediado en los últimos 2 encuentros con su equipo. Veremos hasta cuánto dura. Mejores jugadas. 





Fuente de apoyo: http://hangtime.blogs.nba.com/2013/01/17/another-classic-lakers-celts-dominate-starting-lineups-for-2013-all-star-game/?ls=iref:nbahpt3a
Fotografías: http://hangtime.blogs.nba.com/2013/01/17/another-classic-lakers-celts-dominate-starting-lineups-for-2013-all-star-game/?ls=iref:nbahpt3a

jueves, 17 de enero de 2013

Escuchas en el Madison Square Garden

Ya sabemos que los New York Knicks - Boston Celtics siempre van a dejar anécdotas para el recuerdo. El hecho de que se enfrenten las dos franquicias más clásicas de la NBA en cualquier partido siempre gusta. Dos de los equipos más puros, que conservan su apellido "Garden" en su pabellón y que son, por unas cosas o por otras, dos de los principales focos de atención en la Conferencia Este. Pero esta vez no han sido las anotaciones estratosféricas de jugadores o los récords batidos. En esta ocasión el recuerdo ha estado promovido por la trifulca que protagonizaron dos de sus estrellas y por su posterior desencadenante: las escuchas a pie de pista a partir de ahora en el Madison Square Garden.

El partido se disputó el día 7 de enero y todo transcurría normal hasta el último cuarto. Cuando restaban poco menos de 9 minutos, Kevin Garnett se dirigió sutilmente a Carmelo Anthony, casi a solas, con unas palabras que nadie supo a qué o a quién hacían referencia (salvo Melo y Kevin, claro). El jugador de los Knicks, lejos de ignorarlo, se fue encarando cada vez con más fuerza con Garnett, hasta el punto de que, sin llegar a las manos, los colegiados tuvieron que intervenir. No se quedó ahí el asunto, y bastante gordo debió de ser lo que el ala-pívot le dijo a la estrella del Madison, porque Anthony incluso llegó a bajar a los vestuarios de Boston. Tuvo que ser parado por sus compañeros, pero insistimos: las palabras de Garnett ofendieron, y mucho, a Melo. Siguió en su incansable búsqueda hasta el punto de esperar a Garnett en el bus de los Celtics. Muchos gritos entre ambos y tuve que aparecer Mike Woodson para intentar calmar los ánimos. Garnett no hizo referencia a nada en especial, salvo lo "natural" en este tipo de "batallas entre Celtics y Knicks".

Resulta evidente que, tras lo sucedido, nadie se ha dado por satisfecho, y mucho menos en el seno neoyorkino. Es por eso que, según recogen varios medios de las fuentes de ESPN, los New York Knicks han grabado todas las conversaciones que se produjeron en el partido del equipo contra los Chicago Bulls. El propietario de la franquicia, James Dolan, ha decidido tomar cartas en el asunto y colocar micrófonos en las bandas del Madison Square Garden. Parece que esta dinámica se ha repetido también en el partido que les enfrentaron contra New Orleans Hornets. Según el Newark Star Ledger, las grabaciones han sido enviadas en exclusiva al mandamás del Madison. Parece que el objetivo fundamental es proteger a su estrella en primer lugar, y en segundo término prevenirse para futuras acciones de este tipo.

Ante esta situación extraigo una serie de conclusiones, partiendo de la base de que resulta difícil hacer juicios de valor claros sobre la situación al desconocer el extracto exacto del comentario. No obstante, si que se pueden analizar alguna serie de aspectos. El primero es que, pese al tiempo, Kevin Garnett es el mismo perro viejo de siempre. Un sabio uso del trash talking, una irritación en un momento caliente de partido a la estrella y (hasta poder saberlo) palabras que van más allá de un simple comentario sobre una cancha. El carácter del ala-pívot verde nunca ha cambiado, siempre ha sido polémico, tanto por sus declaraciones como por sus acciones en la pista. Tan bueno sobre la cancha como discutido en lo personal. Y ese es el primer asunto del que preocuparse. Kevin Garnett no es ningún santo y es razonablemente creíble que la provocación fuera excesiva, a expensas de saber realmente cuál fue el contenido del comentario.

El segundo punto en donde detenerse es en el carácter de Carmelo Anthony. El alero de los Knicks no es que sea precisamente un tipo con temperamento tranquilo a lo Nikola Pekovic, pero tampoco es una cabra loca como si fuera un DeMarcus Cousins de la vida. Resulta ciertamente preocupante que Melo quisiera tener unas palabras fuera de la pista con Garnett, cuando perfectamente el asunto se podría haber solucionado sobre el parquet. Hemos visto calentarse alguna vez a Anthony, pero no para llegar a tal extremo. Que quisiera discutir el asunto fuera deja mosca.

Un tercer aspecto es apreciar las respuestas de ambos jugadores. Los dos han lanzado la pelota fuera y no han querido desvelar públicamente lo que hablaron, cada uno a su manera. Por lo tanto podemos desprender que algo serio es. Por un lado, Kevin Garnett despachó la pregunta de la manera más evasiva posible. Una respuesta falta de contenido ante lo que parecía una incidencia mayor: "El trata de que su equipo gane, yo de que mi equipo gane. Los dos equipos luchando y no hace falta decir que se trata de los Knicks y los Celtics. Es solo eso". Pero si por un lado la situación es inquietante, el otro termina por, no solo no desvelar nada, sino por avivar que, en efecto, hubo un comentario serio. Carmelo Anthony declaraba que "hay ciertas cosas que no se dicen entre hombres. Sentí que cruzamos una línea. Nadie tiene que saber lo que se dijo a puerta cerrada, por lo que la situación está zanjada"

Por todo lo visto, creo que es de lo más acertado que James Dolan haya decidido poner micrófonos para proceder a las escuchas en el Madison. Ante situaciones tan impotentes como estas, en las que difícilmente el contenido saldrá a la luz, hay que tomar medidas acertadas. Ésta lo es y, además, está respaldada por el Vicepresidente de Comunicaciones de la NBA, Tim Frank: "No hay prohibiciones en cuanto a tener equipos de audio en el pabellón". Por lo tanto, considero todavía más adecuado que se puedan escuchar las conversaciones sobre la pista. Desde una perspectiva lógica, se sabrá discernir entre lo que son comentarios de partido y otras palabras que puedan herir, de manera grave, a un jugador (como parece que en este caso así ha sido). Lo malo es que es difícil que ya lo descubramos. Lo bueno es que, tras otro partido más entre Knicks y Celtics, tenemos otra anécdota. A partir de ahora se procederá a las escuchas en el mítico Madison Square Garden.







Fuentes: http://www.nbamaniacs.com/rumores-nba/microfonos-espia-los-knicks-graban-todo-lo-que-dice-y-le-dicen-a-carmelo-anthony-durante-los-partidos/  http://www.nbamaniacs.com/noticias/carmelo-anthony-zanja-la-polemica-con-kevin-garnett/
Fotografías: http://probasketballtalk.nbcsports.com/2013/01/10/thursday-and-1-links-more-carmelogarnett-fallout/ http://articles.philly.com/2013-01-09/sports/36239788_1_knicks-carmelo-anthony-boston-s-kevin-garnett-technical-fouls http://www.liderendeportes.com/Noticias/Baloncesto/Videos--Garnett-y-Carmelo-tuvieron-tremendo-lio.aspx http://uptownmagazine.com/2013/01/carmelo-anthony-suspended-over-spat-with-kevin-garnett-over-la-la-vazquez/

lunes, 14 de enero de 2013

José Manuel Calderón: el base puro

Siempre vemos que para jugar al baloncesto muchas veces no hace falta ser un jugador completo. Lo lógico, y como casi siempre pasa, es que cada uno desde su posición en la pista ayude a su manera. Hay pívots que solamente figuran para intimidar o para coger rebotes. Otros, sin embargo, que son referencia en la pintura con dobles figuras en puntos y asistencias. Algunos se consagran desde la posición de escolta y alero, anotando a diestro y siniestro, siendo la estrella del equipo o jugador franquicia. Y por supuesto, está el caso de los bases. Casi tan amplios como equipos hay en la NBA. Los irregulares (Russell Westbrook), los físicos (Stephen Curry), los talentosos (Kyrie Irving), los anotadores (Brandon Jennings), los reyes del crossover (Chris Paul). Pero si hay un base que represente 100% el concepto puro de playmaker, ese es José Manuel Calderón.

El de Villanueva de La Serena ejerce de base en Toronto Raptors y no podría hacerlo de mejor manera. Calderón es, sin duda, el mejor concepto de base puro. Tiene una serie de cualidades perfectas para desempeñar su rol, al mismo tiempo que tiene la europeización necesaria en su juego para amoldarlo, sutilmente, al estilo americano de la NBA. Mezcla las dosis necesarias de juego tranquilo con los momentos exactos para imprimir ritmo. Una mezcla que se lo han dado los años, su experiencia en las dos mejores ligas de baloncesto del mundo y, como no, su sublime clase para ser la definición de base por antonomasia.

Y es que Calderón tiene una cabeza privilegiada para ver el baloncesto. Parece que está observando el juego de su equipo desde 4 ángulos de cámaras de TV diferentes, y tan solo tiene la que su mente proyecta en cada ataque que organiza. Tiene un gran valor, porque consigue organizar a su equipo en cada posesión de la mejor manera. Con o sin balón, en cualquier parte y posición de la pista. Hace que sus movimientos provoquen juego fluido en el quinteto, de tal manera que no haya nadie quieto y repercuta en el mejor juego de los Raptors. Cortes hacia canasta y huecos que son imposibles de ver menos para el extremeño. Asume posiciones interiores momentáneas para que sus compañeros roten, indica los mejores cortes en juego, prepara los aclarados más beneficiosos. Una absoluta computadora al servicio de Dwane Casey.

Pero si su cabeza es prodigiosa, no lo es menos su juego. Es cierto que no es un base de gran físico, pero es que tampoco necesita vivir de ello. Eso lo suple con una inteligencia pasmosa en la pista. En primer lugar, todos los movimientos que realiza son los adecuados, indispensables y efectivos. Como cualquier humano yerra pases, pero las decisiones rara vez son precipitadas. Esto repercute sobre todo en que ningún movimiento ni ningún bote sobran en su juego. Cada cosa lo hace por un por qué, y si ha apurado hasta los 10 segundos la posesión es porque tiene algo en mente. Qué mejor ejemplo que la época de Toney Douglas en New York Knicks cuando agotaba la posesión a 3 segundos para lanzar una mandarina con dos manos delante. Pero como decimos, además de la efectividad a la hora de moverse, es un jugador que conoce hasta dónde puede llegar y lo que puede dar.

Conociendo sus limitaciones, jugando de base y ejerciendo de organizador, es por lo que se ha convertido en el referente actual y líder en Toronto Raptors. Cuando él no está en pista se nota muchísimo, pero no solo en la fluidez del juego. Calderón es un base que sabe anotar, y además de una manera extraordinaria. Tiene una mecánica de tiro rápida, incluso elegante si me apuras, y es un jugador que vaya si sabe sumar puntos. De hecho, no hay más que ver sus porcentajes en el tiro (45% en tiros de campo y 41% en triples). Ha demostrado que puede dar clínics de anotación (23 pts, 5 rebots y 6 asistencias ante Cavs) y, como no, clínics de dirección (9 puntos y 18 asistencias ante Magic). Tiene incluso el honor de haber sido el objetivo de Kobe Bryant a la hora de defender por una posesión clave (y eso no lo puede decir cualquiera). 

Pero en otra de las cosas en las que radica su inteligencia precisamente es que, pese a saber que puede anotar de sobra, sabe identificar cuándo es necesario, cuándo es su momento y cuándo tiene que ceder la importancia de los puntos a otro compañero. No es de extrañar que un líder de esta magnitud como José Manuel Calderón siente y haga menos necesario a Kyle Lowry, al menos como base. Además, como buen europeo, pese al hándicap físico, Calderón es capaz de robar balones... y cómo no, otra vez porque sabe cómo correr y cómo robar. Todo cuestión de cabeza. 

Si existe una pega, por poner algo, es que Calderón no se encuentra en el mejor equipo para rentabilizar su juego de playmaker. Toronto Raptors apenas puede ofrecer garantías en la pintura y más con una estrella como Andrea Bargnani en la enfermería de continuo. Tiene muchos obreros, pero hombres franquicia al estilo Carmelo Anthony o Kevin Love, que resuelvan cierta papeleta, no lo tiene. Y esa es una de las mayores endemoniadas suertes de Jose Manuel Calderón.
Y finalmente, no porque sea base y tenga esa magnífica faceta a la hora de asistir tenemos que obviarlo. El extremeño no realiza pases tan eléctricos como Ricky Rubio ni busca tanto el espectáculo. Sin embargo, cuando tiene que soltar perlas en forma de pase picado, pase de pecho a mano cambiada o una asistencia mirando a la grada, lo hace. Tiene una tremenda efectividad en sus pases, precisos y con pocas pérdidas, y aunque no estén siempre rodeados de un aura de glamour y espectáculo, no dejan de ser perfectos. Medir el tempo del pase, el corte del compañero y la distracción del adversario para enviar un balón a la zona no es fácil. Y si ya se hace con la mano mala y mirando al tendido, sobran las palabras. Porque insisto: no porque Calderón no haga continuamente muchas cosas significa que no sea capaz de hacerlas. Ahí radica su grandeza, inteligencia y su liderazgo. Por algo es la perfecta definición del base puro.



Fuente de apoyo: www.nba.com
Fotografías: http://foronba.blogspot.com.es/2012/01/jose-manuel-calderon-supera-las-3000.html http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2008/12/07/bloqueo_directo/1228666332.html

miércoles, 9 de enero de 2013

Corazón único de pistolero: Pete Maravich

La NBA tiene mucho más de medio siglo de vida. Resultaría ridículo pensar que en tanto tiempo no ha habido historias tan bellas como trágicas. Hace 25 años nos dejó un jugador tan único por su juego como por su carácter. Muchos podrán asemejarse a él en cuanto al estilo, pero su personalidad, sin duda, será exclusiva. Un corazón mal formado desde nacimiento, literalmente, que solamente tuvo el baloncesto como forma de felicidad (y por lo tanto) de vida. Fue el "pistolero" más famoso de la liga, y una de las perfectas definiciones de genio adelantado a su tiempo. Uno de los jugadores a los que siempre habrá que rendir pleitesía pese a no ganar un solo anillo. La historia de él no se entiende sin unir juego y carácter, que es lo que le convierten todavía en más especial. Tan grande como solitario; tan bueno como fracasado"Pistol" Pete Maravich.

De haber nacido en esta época, Maravich se hubiera convertido en una estrella apreciada en todos los rincones de los estadios. Para empezar, su mecánica de tiro era absolutamente plasmada a los pasos que puede seguir un tirador o un pistolero (sin exagerar). Agarraba el balón cual pistolero que agarra su fusil; se levantaba con la misma facilidad y rapidez con la que se carga una buena escopeta; su suspensión era imparable al igual que cuando el más certero cañonero apunta y, por supuesto, un gesto de muñeca preciso para clavar sus tiros. El hecho de levantar el balón rápidamente le hacían sorprender a su par, su gran suspensión dificultaba el tapón y con su extraordinario toque de muñeca, en la que cargaba todo el peso del lanzamiento, convertía en certero cualquier tiro.

Pero Pete no anotaba solamente con un tiro desde media distancia. No tenía reparos en jugar también cerca de canasta. La cuestión es que era bueno, muy bueno y apenas le hacía falta penetrar para conseguir los puntos. Sin embargo, y pese a su a priori enclenque físico, no rehuía el contacto, pues era un maestro a la hora de hacer rectificados en el aire. Hasta para hacer una bandeja la dejaba con soltura y clase. Muchas veces evitaba a sus rivales gracias a esos rectificados y esas maniobras aéreas para acabar con una bella bandeja. Sin duda un anotador que dejó en 3 partidos huellas imborrables con puntuaciones de 69, 66 y 64 puntos.

A pesar de todo, Pistol Pete no era solamente anotación. Ni muchísimo menos. Maravich era un jugador con una extraordinaria clase. A la hora de anotar, fintar, pasar o incluso botar. Elegancia pura y dura sobre una cancha de baloncesto. Pases que aparecían de la nada, por la espalda, picado e incluso hasta para tirar a tabla. Salvando cualquier tipo de distancia con el mejor base que ha conocido la NBA (Earvin Johnson), Pete Maravich mostró la magia que podría llegar a tener la liga en el siguiente periplo con una de sus épocas más doradas. Evidentemente, tanta magia iba acompañada de mucha técnica. No solamente con el pase, sino con los cambios de mano y su gran zancada le permitían dejar atrás a su par sin tener aparentemente gran físico. No era una mera gacela cargada de explosividad, sino un cisne entre 9 patos. Aquel que desentonaba por lo que hacía (magia), cuándo lo hacía (en cualquier momento) y cómo lo hacía (bello y efectivo).

Y como todo gran jugador, tenía una enorme inteligencia para jugar. Sus pases no solamente eran bellos y precisos, sino útiles. Convertía una asistencia en un arte, una utilidad, una belleza y un recurso. Todo en uno. Hacía los tiros que hacía por algún motivo. Los rectificados siempre para compensar su falta de físico para machacar y evitar a los rivales. Si en algo no tuvo inteligencia (y tampoco se llamaría así, sino más bien culpa) es la de que nadie entendía su juego. Un juego de rapidez de movimientos, de conseguir embellecer este deporte al tiempo que se consiga disfrutar y progresar... pero en el que nunca tuvo acompañantes para convertirlo en victorias. Eran los años 70 y todavía no existía esa mentalidad. Precisamente por esto, y por el propio carácter retraído de Maravich, es por lo que no se entiende que un talento como él no llegara lejos por su personalidad (y su corazón, evidentemente).

Sería muy injusto intentar, en apenas un par de párrafos, resumir la caótica vida y el complejo carácter que acompañó siempre a Pete Maravich. Las breves pinceladas que se pueden decir de él jamás le harán justicia, pero puede servir para hacernos una idea de los entresijos mentales del de Louisiana. 

Desde bien joven fue obligado por su padre a jugar al baloncesto. Por necesidad y por su familia, y el padre fue su propio entrenador. Lo asumió de buen grado, ya que tampoco le quedaba otra, pero quedaba claro que iba a ser un genio y un mago del balón. De él cuentan anécdotas reveladoras, como que iba botando un balón a cualquier recinto que se pueda imaginar. Cuando estaba en el cine, por ejemplo, se sentaba en la butaca que daba al pasillo y botaba el balón con una mano. Al cabo de unos minutos, cuando se cansaba, se cambiaba a la  fila del otro lado del pasillo y lo botaba con la otra mano. O por ejemplo una noche, cuando jugaba con unos amigos, le dijeron que se iban a casa y Pistol les respondió: "voy a seguir practicando el tiro y en cuanto falle, me voy". Lanzó 170 tiros seguidos y todavía no había fallado. Sin duda sus mejores épocas y más positivas fueron de niño y adolescente, y es que su partido debut en la NCAA arrojó unas estadísticas bestiales: 50 puntos 14 rebotes y 11 asistencias. Por algo luciría el dorsal 44 (anotación media de su periplo universitario).

El lado oscuro de este genio llegaba por su extrema introversión. Debido a su timidez y falta de sociabilidad, convirtió del baloncesto su única felicidad y su vida. Eso le hizo, en primer lugar, encajar mal las críticas en su juego, ya que el basket era su más profundo mundo. Con un "Por qué me haces esto" en tono triste le hablaba a un cronista que le criticó por querer lucirse antes que por pensar en el equipo. Y como todo ser humano en la vida, se marcó una meta clara: "No soy ambicioso. No quiero 10 anillos, me conformo con solo 1". Desgraciadamente para él, no llegó ni a eso. Representó la viva imagen del sueño frustrado de su padre, quien tan duro fue con él desde el primer segundo que se dedicó a este deporte. No son pocas las situaciones personales complicadas que tuvo que vivir. El duro refugio del alcohol o uno de los hechos más dramáticos. Llegó a tener el cañón de una pistola metido en la boca tras una pelea a la salida de un bar... y no importarle su muerte. Tenía 20 años y un arma encasquillada le salvó la vida. Una terrible angustia recorría su cuerpo:

"Empecé a pensar en toda la basura de mi vida y en cómo un mero apretón del gatillo podría hacer que todo desapareciera. Ya no sufriría más decepciones. Ya no tendría que seguir esforzándome por conseguir un anillo de campeón. Pensé que finalmente tendría paz si ella apretaba el gatillo”

Con una débil autoestima, el único amor que le acompañó en su vida fue el del público (sobre todo el de los New Orleans Jazz), que vibraba con cada acción osada que intentaba sobre la pista. Finalmente terminó en Boston más como un suplente de poco apoyo que como una estrella, y es que bajó absolutamente su anotación, en parte, por su lesión de rodilla. No aguantó ni un año más al verse en esa situación, pero su mundo se terminó de derrumbar al contemplar que los Celtics, al año siguiente de su retirada, consiguieron el anillo. La fama de perdedor definitivamente le acompañó toda su vida.
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Sería tremendamente injusto dejar aquí la historia de Pete Maravich. Por eso en las fuentes voy a citar un doble artículo publicado en la revista JotDown por E.J. Rodríguez que ilustra, de manera brillante, todo lo que fue esta estrella. Detalles con pelos y señales de la compleja vida de Pistol.

Pistol Pete Maravich tuvo una malformación en el corazón de nacimiento. Realmente nunca lo supo como tal. Entre tanta tristeza de la infancia, se refugió tanto en el baloncesto, porque era el lugar donde él se sentía apreciado. Y también por eso quizá tenía ese don de ser tan mágico... la vida fue tan cruel con él que, hasta lo único en lo que podía haber sacado partido, fue un adelantado a su tiempo. Por suerte le retiraron la camiseta y le incluyeron en el Hall of Fame. La vida, aunque no le empezaba a sonreír, por lo menos le devolvía parte de lo que le había quitado.

La leyenda de Pete Maravich es tan grande y, por triste que parezca, merece ser recordada hasta el día de su muerte. Un 5 de enero de 1988 volvía a sentir con unos amigos el calor de una cancha de baloncesto. Jugar por amor al baloncesto, como gran esencia. Con un balón, sobre una cancha de basket y con unos amigos... parecía perfecto. Allí mismo, la última frase que pronunció fue: "me siento genial". A los pocos minutos, cayó desplomado al suelo mientras botaba, víctima de un infarto. Murió por y con lo que deseaba. Casi tal y como empezó. Cerró el círculo. Un genio, un crack, una figura y estrella absolutamente incomprendido y solitario, que no tuvo la suerte de otros grandes de conseguir el objetivo que anhelaba. Fue el corazón único sin amor del más famoso pistolero.

Hasta Siempre, Pete Maravich. D.E.P.






Fuentes de apoyo: Vídeo ilustrativo de su estilo de juego
RECOMENDACIÓN LECTORA: Doble artículo sobre la vida de Pete Maravich por E.J. Rodríguez. Absolutamente recomendable
Pete Maravich. El ídolo con el corazón roto I.
Pete Maravich. El ídolo con el corazón roto II

Fotografías: http://www.basket4us.com/galeria/index.php?gal=PeteMaravich25AnosFallecimiento&img=51790719_10.jpg#galeria
http://www.jotdown.es/2012/01/pistol-pete-maravich-el-idolo-con-el-corazon-roto-i/
http://www.nba.com/history/legends/pete-maravich/index.html

sábado, 5 de enero de 2013

Kyrie Irving y el talento puro

Qué bello es aprovecharse de los dones que un jugador tiene. Aquel que no posee grandes capacidades para jugar al baloncesto, si quiere tener un nombre y un hueco, trabaja por conseguir algo que le identifique. Por ejemplo, Ben Wallace lo supo en su día y sabía que su defensa sería la clave. Hay otros que simplemente nacen con el talento necesario para la práctica de este deporte y a poco empeño que pongan se convierten en estrellas. Si encima les gusta y saben explotarlo, la mezcla es sensacional. El show de ayer del guard de Cavs fue sublime. Kyrie Irving es la perfecta definición de jugón, pero también de talento puro.

El base de los Cleveland Cavaliers tiene, para su juventud, el carácter y descaro de una estrella. Desde gestos espontáneos de rabia o de mandar callar hasta desear fervientemente asumir la posesión de cualquier tiro crucial. Llegó el año pasado a Cavs con la vitola de ser lo único positivo prácticamente de la franquicia. Su logro de rookie del año no sorprende, aunque también es cierto que fue un draft en el que el de Duke apenas tuvo competencia. Supo asumir el rol que le tocaba, un Mesías en el que todos confiaban y que no está defraudando en ningún momento. Recordemos que pese a no haber jugado apenas en su último año de NCAA, su calidad era la comidilla de todos los general manager. Y no se equivocaban. En este segundo año está justificando que, a veces, el número 1 en el draft de la NBA no tiene porqué salir mal, sobre todo si hablamos de jugadores que no son pívots o representan en sí un fracaso para esa elección (estoy pensando en Olowakandi o Kwame Brown).

Como no podía ser de otra manera, a Irving también le ayuda jugar en la posición de base. No tanto por lo que pueda dirigir sino por las posesiones que pueda asumir. Evidentemente no se piensa en él como el estilo depurado de playmaker, aunque creo que con el tiempo esa faceta la irá puliendo, al igual que muchos jugadores, que por suerte, evolucionan a lo largo de las temporadas para ser más completos. Ahora su tiempo es el de ser el ciclón anotador y no le falta ni oportunidades ni ganas para demostrarlo. Ya tendrá tiempo para convertirse en mucho mejor jugador siendo el cerebro que guíe, no solo en anotación, a la franquicia que quiera. No será un Steve Nash, pero con su clase es complicado pensar que va a ser un mal asistente.

En cuanto a lo que puede hacer para anotar, huelga decir que es un "asesino" desde el triple y un "cirujano" en la pintura. El año pasado en el All Star del Team Shaq VS Team Chuck dió una lección desde la 7,22 con 8/8 en triples. Pero si por su posición de base (salvando las distancias) tiene algo de Chris Paul, en la manera de asestar la cuchillada en el triple tiene también una cierta esencia de Carmelo Anthony (salvado otra vez las distancias). Y si hablamos de penetración, Irving coge el bisturí y a la más mínima herida abierta en la zona va para adentro. Muchas veces no consigue canasta por su físico, sino por su tremendo talento para hacer rectificados, canasta a aro pasado o bandeja inverosímil. 

A esto se añade las dificultades para defenderle. Kyrie Irving es la perfecta definición de triple amenaza. Puede tirar de 3, penentrar o pasar con pasmosa facilidad, pero es que tiene un primer paso para arrancar equiparable al de pocos en la NBA. Sus crossover son mortales, y si no salen, ya se encarga de hacer un reverso para  sacar ventaja. Además es rápido y explosivo, y tiene un tiro en suspensión hacia atrás que, pese a su altura, muchas veces no resulta tan fácil de taponar, porque con la acción anterior ha dejado a su marca buscando la cadera.

Y por último, en efecto, Irving se llama Talento y se apellida Puro. Y se puede fumar y humillar a casi cualquier defensor que tenga delante, porque calidad y carácter no le falta. Asume los balones calientes, representa una amenaza en pista porque puede anotar de cualquier manera y porque tiene algo muy importante: una enorme confianza en sí mismo. Sabe que igual un partido lo hará mal, o que lo podrá perder. Pero también sabe que es capaz en un último cuarto de levantar él solo a su equipo. Y precisamente él, mejor que nadie, sabe de lo que es capaz. Y por eso hace lo que hace. 

Como a cualquier jugador de segundo año, habrá que darle tiempo, no para que demuestre que va a ser una estrella, porque lo va a ser, sino para que mejore en otras facetas de su juego. La presión, si es que tenía alguna, se la ha quitado este año. Ha puesto las cartas sobre la mesa sobre lo que puede hacer, liderar y representar en una franquicia: una futurible estrella de la mejor liga de baloncesto del mundo. Lo bueno es que ahora mismo sabe él también que es una de las nuevas e inconfundibles estrellas emergentes. Es la bonita historia que esperemos que no acabe muy pronto entre Kyrie Irving y el talento puro.





Fuente de apoyo: www.nba.com
Fotografías: http://blacksportsonline.com/home/2012/12/kyrie-irving-breaks-dwight-howards-ankles-video/ http://www.sportsworldreport.com/articles/7015/20121120/cleveland-cavaliers-kyrie-irving-out-four-weeks-news-rumors-nba-2012.htm

martes, 1 de enero de 2013

Descubriendo a Moses Malone

Ya se sabe que es muy común en la NBA hablar de estadística y números. Muchas veces se peca de ventajista al argumentar determinados juicios en base a guarismos que, en principio, pueden resultar objetivos. Sin embargo, también son muchas las veces que hay que tener en cuenta en el baloncesto el efecto de los llamados intangibles. Por último, hay otras veces que números, intangibles e importancia se fusionan todos en uno. Los impresionantes números de ayer de Nikola Vucevic es una buena prueba de ello. Trae a la memoria otra actuación estelar como la realizada el año pasado por Kevin Love con 31 puntos y 31 rebotes. Pero si alguien ha sido especialista en esta dupla de registros, fue la inconfundible estrella Moses Malone.

Hablar de Moses Malone en primer lugar es hablar de una escalofriante estadística: 20'6 puntos y 12'2 rebotes por partido a lo largo de toda su carrera. 27.409 puntos anotados con un acierto espectacular en tiros de campo del 49%. Una auténtica brutalidad ya que hablamos de que consiguió convertir en canasta casi la mitad de todo lo que tiró en su carrera. Como todo buen jugador que se precie, sufrió la evolución natural de cualquier deportista. No llegó a la élite de talento precoz y superclase, pero sus mejores años llegaron en mitad de su carrera, donde sin lugar a dudas alcanzó la cima en uno de los equipos más históricos de la NBA: los Philadelphia 76ers de Julius Erving.

Antes de la gloria, este guerrero natural de Virginia se empezó a crear un gran nombre en Houston Rockets. Ése pívot que sin poseer excesiva altura y sin tener apenas una gran mecánica de tiro, acababa los partidos con doble doble por su entrega y ganas. De hecho en 1979 ya se adjudicó el primer MVP de su carrera y se labró un nombre con un récord precoz: ser el primer jugador en la NBA en superar los 30 puntos y 30 rebotes en un partido. De hecho consiguió 32 puntos y 38 rebotes ante los Seattle Supersonics. Evidentemente, entre cosas como esas y promediar 31 puntos, bastaron para llevarse el premio al mejor jugador. Moses Malone estaba viviendo, posiblemente, sus mejores 3 años en la NBA. En 1982 ficha por  los Sixers y se convierte en la última piedra de toque que necesitaba un equipo de leyenda de la talla de Maurice Cheeks o Julius Erving. Un año más tarde, en 1983, consiguieron la proeza de arrebatar el anillo como una apisonadora a los mismísimos Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar.

Estos extraordinarios números han ayudado a la figura de Moses Malone, pero sus preciosos intangibles son los que han acrecentado la leyenda de este deportista. Moses representaba esa genial mezcla entre números e importancia. Un jugador que no tenía excesivo talento, ni gran altura para ser pívot (2'08), ni demasiados recursos para anotar; pero poseía dos cosas impagables en este deporte: físico para aguantar en la zona y muchas ganas de jugar al baloncesto. Fue la prueba viviente de una máxima: para coger un rebote primero tienes que pelearlo. En la zona no le temían por su altura, sino por la garra y la entrega que ponía en cada jugada, ya que daba igual si el balón lo tenía él o un compañero para tirar. Hasta que no hubiera una canasta, saque de fondo o de banda nadie en la pintura podía descansar. 

Pese a no vivir solo del rebote, éste fue el arma fundamental de Moses. Los puntos que conseguía, muy cerca del aro, los anotaba tras fallar previamente un tiro. Jugadas en las que era capaz de adjudicarse hasta 3 rebotes en apenas 5 segundos. Evidentemente como hemos dicho no era ningún jugador experto en el tiro. De hecho, el mítico Bill Walton dijo que era una de las peores mecánicas de tiro que había conocido, pero que al fin y al cabo "no sabías cómo, pero el balón iba a entrar". Eso sí, hay que reseñar que con el tiempo fue mejorando muchas de sus facetas, hasta llegar a una gran selección de tiro cerca del aro (recordemos ese 49% en tiros de campo a lo largo de su carrera) y mejora en la técnica individual. Como no podía ser de otra manera, también fue la prueba viviente de otra máxima: Da igual las aptitudes que tengas si quieres jugar a este deporte. Cada vez que hago referencia a ello me acuerdo siempre de la carta de His Airness y su "Querido Baloncesto".

Es evidente que Moses Malone a primera vista no tuvo nada que ver con el pívot convencional ni dominante, ni por su cuerpo ni por su carácter, pero fue un tipo que supo rentabilizar su físico. Jugar 21 temporadas en la NBA en la que se alcanza la gloria  tanto individual como colectiva no puede decirlo cualquiera. En cuanto a su carácter, los que le conocieron dijeron de él que era muy tímido y ciertamente inseguro, lo que le convertía en una odisea periodística. Objetivo muy buscado por sus hazañas pero no con tanto agrado por su temor y su manera de ser reacia a hablar con la prensa, aunque, como el buen vino, con el paso de los años las personas mejoran en varios aspectos. 

Lo que está claro es que Moses Malone ha sido, es y será uno de los jugadores recordados en la NBA y particularmente por los amantes del baloncesto. Y no es porque haya entrado en el Hall of Fame, sea el séptimo máximo anotador de la NBA o haya sido escogido como uno de los 50 mejores jugadores en la historia (que también). Moses será recordado como aquel jugador que sin tener las aptitudes de una estrella se hizo una estrella. Con él hemos aprendido una importante lección en este deporte: no importa tanto lo que puedas llegar a hacer sino las ganas que pongas para hacerlo. 

Gracias, Moses.







Recomendación. Vídeo ilustrativo y fuente principal:



Fotografía: http://onemanfastbreak.net/2010/07/14/is-demarcus-cousins-the-next-moses-malone/  http://www.realclearsports.com/lists/dominating_postseason_team_performances/1983_philadelphia_76ers.html  http://www.blacktoptens.com/?p=2974