Para todo aficionado a la NBA hay tres fechas señaladas independientemente del equipo del que seas. Como es de esperar, la primera que viene a la mente es el All Star. Ése día en el que los mejores tienen cabida en un fin de semana por todo lo alto, tanto rookies como veteranos. El segundo son las Finales de la NBA. Es evidente que si no está el equipo que se sigue en cuestión se puede perder cierto aliciente, pero el interés estará igualmente. Son las Finales de la mejor liga de baloncesto del mundo. Y por supuesto, la tercera fecha, es la del día de Navidad en la NBA.
Un día señalado y favorito para muchos fans. Por lo que respecta a la hora, es el momento en que no hay que mantenerse despierto, en el que a los aficionados no se nos pide ese plus para seguir la liga. Los horarios factibles se establecen en gran medida para que en muchas partes del mundo puedan verse los partidos. Las 18, 21:30 y 23 horas respectivamente son momentos muy jugosos del día para deleitarte con la NBA. No hay ninguna excusa para no vivir en directo y en un día tan especial los partidos que la liga ofrece.
Porque esa es otra. La NBA además de establecer horarios estratégicos, también programa partidos suculentos y brillantes. Todos ellos capaces de crear ese interés necesario en el espectador. Estrellas que se enfrentan el día 25 para deleite de los aficionados. Partidos en los que siempre hay morbo, algo en qué fijarse o sencillamente enfrentamiento entre los jugadores más potentes de la liga. Normalmente este día siempre queda reservado para una re-edición de las Finales en la NBA. Por supuesto, como no podía faltar, jugarán Carmelo Anthony contra Kobe Bryant (Knicks-Lakers) y Kevin Durant contra LeBron James Thunder-Heat). Para complementar esos dos partidazos (uno a las 21:30, el otro a las 23:00) abren el menú el Boston Celtics (el clásico y el que más anillos tiene) contra Brooklyn Nets (la novedad en la liga y con cierto atractivo).
Como se puede ver, en la NBA nada es fruto de la casualidad. Todo está pensado minuciosamente para cada ocasión. Tanto los horarios como los enfrentamientos. Se miran con lupa días, equipos y posibilidades. Si por algo se ha caracterizado David Stern desde que llegó al Comisionado es por su gran labor de expansión y su amplitud de miras más allá del charco. Ha conseguido generar un gran negocio a base de años y años de experiencia en el cargo. Pasó el trago de manera magistral ante uno de los grandes baches que pudo sufrir en 1999. Temporada de lockout y retirada de Jordan. Lo superó gracias a las estrellas emergentes y su política a la hora de crear popularidad no ha hecho sino crecer (como todo, Stern hizo cosas malas pero también otras muy buenas).
Por todo esto (y porque, evidentemente, es NBA) merece el día de Navidad un hueco, al menos, para ver un partido. Es lógico que la familia ocupe nuestro tiempo en ese día, y a lo mejor se nos escape algún partido. No obstante, muchos de nosotros estaremos frente a la pantalla merendando con Rondo y Williams, cenando con Kobe y Melo y relajándonos con LeBron y Durant. Es la magia de la Navidad en la NBA. Sin duda, Where amazing happens.
Fuente de apoyo: www.nba.com
Fotografía: http://www.encancha.com/fotos/foto21077.html
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